1 Reyes 10-11 (RVR1960) (2024)

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La reina de Sabá visita a Salomón

(2 Cr. 9.1-12)

10Oyendo la reina de Sabá(A) la fama que Salomón había alcanzado por el nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles. 2Y vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y oro en gran abundancia, y piedras preciosas; y cuando vino a Salomón, le expuso todo lo que en su corazón tenía. 3Y Salomón le contestó todas sus preguntas, y nada hubo que el rey no le contestase. 4Y cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado, 5asimismo la comida de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado y los vestidos de los que le servían, sus maestresalas, y sus holocaustos que ofrecía en la casa de Jehová, se quedó asombrada.

6Y dijo al rey: Verdad es lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría; 7pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad; es mayor tu sabiduría y bien, que la fama que yo había oído. 8Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría. 9Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, te ha puesto por rey, para que hagas derecho y justicia. 10Y dio ella al rey ciento veinte talentos de oro, y mucha especiería, y piedras preciosas; nunca vino tan gran cantidad de especias, como la reina de Sabá dio al rey Salomón.

11La flota de Hiram que había traído el oro de Ofir, traía también de Ofir mucha madera de sándalo, y piedras preciosas. 12Y de la madera de sándalo hizo el rey balaustres para la casa de Jehová y para las casas reales, arpas también y salterios para los cantores; nunca vino semejante madera de sándalo, ni se ha visto hasta hoy.

13Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso, y todo lo que pidió, además de lo que Salomón le dio. Y ella se volvió, y se fue a su tierra con sus criados.

Riquezas y fama de Salomón

(2 Cr. 9.13-24)

14El peso del oro que Salomón tenía de renta cada año, era seiscientos sesenta y seis talentos de oro; 15sin lo de los mercaderes, y lo de la contratación de especias, y lo de todos los reyes de Arabia, y de los principales de la tierra. 16Hizo también el rey Salomón doscientos escudos grandes de oro batido; seiscientos siclos de oro gastó en cada escudo. 17Asimismo hizo trescientos escudos de oro batido, en cada uno de los cuales gastó tres libras de oro; y el rey los puso en la casa del bosque del Líbano. 18Hizo también el rey un gran trono de marfil, el cual cubrió de oro purísimo. 19Seis gradas tenía el trono, y la parte alta era redonda por el respaldo; y a uno y otro lado tenía brazos cerca del asiento, junto a los cuales estaban colocados dos leones. 20Estaban también doce leones puestos allí sobre las seis gradas, de un lado y de otro; en ningún otro reino se había hecho trono semejante. 21Y todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, y asimismo toda la vajilla de la casa del bosque del Líbano era de oro fino; nada de plata, porque en tiempo de Salomón no era apreciada. 22Porque el rey tenía en el mar una flota de naves de Tarsis, con la flota de Hiram. Una vez cada tres años venía la flota de Tarsis, y traía oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

23Así excedía el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría. 24Toda la tierra procuraba ver la cara de Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón. 25Y todos le llevaban cada año sus presentes: alhajas de oro y de plata, vestidos, armas, especias aromáticas, caballos y mulos.

Salomón comercia en caballos y en carros

(2 Cr. 1.14-17; 9.25-28)

26Y juntó Salomón carros y gente de a caballo; y tenía mil cuatrocientos carros, y doce mil jinetes,(B) los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalén. 27E hizo el rey que en Jerusalén la plata llegara a ser como piedras,(C) y los cedros como cabrahígos de la Sefela en abundancia. 28Y traían de Egipto caballos y lienzos a Salomón;(D) porque la compañía de los mercaderes del rey compraba caballos y lienzos. 29Y venía y salía de Egipto, el carro por seiscientas piezas de plata, y el caballo por ciento cincuenta; y así los adquirían por mano de ellos todos los reyes de los heteos, y de Siria.

Apostasía y dificultades de Salomón

11Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras;(E) a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; 2gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses.(F) A estas, pues, se juntó Salomón con amor. 3Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. 4Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. 5Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. 6E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre. 7Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón. 8Así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses.

9Y se enojó Jehová contra Salomón, por cuanto su corazón se había apartado de Jehová Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces, 10y le había mandado acerca de esto, que no siguiese a dioses ajenos; mas él no guardó lo que le mandó Jehová. 11Y dijo Jehová a Salomón: Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré a tu siervo. 12Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor a David tu padre; lo romperé de la mano de tu hijo. 13Pero no romperé todo el reino, sino que daré una tribu a tu hijo, por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, la cual yo he elegido.

14Y Jehová suscitó un adversario a Salomón: Hadad edomita, de sangre real, el cual estaba en Edom. 15Porque cuando David estaba en Edom, y subió Joab el general del ejército a enterrar los muertos, y mató a todos los varones de Edom 16(porque seis meses habitó allí Joab, y todo Israel, hasta que hubo acabado con todo el sexo masculino en Edom), 17Hadad huyó, y con él algunos varones edomitas de los siervos de su padre, y se fue a Egipto; era entonces Hadad muchacho pequeño. 18Y se levantaron de Madián, y vinieron a Parán; y tomando consigo hombres de Parán, vinieron a Egipto, a Faraón rey de Egipto, el cual les dio casa y les señaló alimentos, y aun les dio tierra. 19Y halló Hadad gran favor delante de Faraón, el cual le dio por mujer la hermana de su esposa, la hermana de la reina Tahpenes. 20Y la hermana de Tahpenes le dio a luz su hijo Genubat, al cual destetó Tahpenes en casa de Faraón; y estaba Genubat en casa de Faraón entre los hijos de Faraón. 21Y oyendo Hadad en Egipto que David había dormido con sus padres, y que era muerto Joab general del ejército, Hadad dijo a Faraón: Déjame ir a mi tierra. 22Faraón le respondió: ¿Por qué? ¿Qué te falta conmigo, que procuras irte a tu tierra? Él respondió: Nada; con todo, te ruego que me dejes ir.

23Dios también levantó por adversario contra Salomón a Rezón hijo de Eliada, el cual había huido de su amo Hadad-ezer, rey de Soba. 24Y había juntado gente contra él, y se había hecho capitán de una compañía, cuando David deshizo a los de Soba. Después fueron a Damasco y habitaron allí, y le hicieron rey en Damasco. 25Y fue adversario de Israel todos los días de Salomón; y fue otro mal con el de Hadad, porque aborreció a Israel, y reinó sobre Siria.

26También Jeroboam hijo de Nabat, efrateo de Sereda, siervo de Salomón, cuya madre se llamaba Zerúa, la cual era viuda, alzó su mano contra el rey. 27La causa por la cual este alzó su mano contra el rey fue esta: Salomón, edificando a Milo, cerró el portillo de la ciudad de David su padre. 28Y este varón Jeroboam era valiente y esforzado; y viendo Salomón al joven que era hombre activo, le encomendó todo el cargo de la casa de José. 29Aconteció, pues, en aquel tiempo, que saliendo Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el camino el profeta Ahías silonita, y este estaba cubierto con una capa nueva; y estaban ellos dos solos en el campo. 30Y tomando Ahías la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos, 31y dijo a Jeroboam: Toma para ti los diez pedazos; porque así dijo Jehová Dios de Israel: He aquí que yo rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus; 32y él tendrá una tribu por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que yo he elegido de todas las tribus de Israel; 33por cuanto me han dejado, y han adorado a Astoret diosa de los sidonios, a Quemos dios de Moab, y a Moloc dios de los hijos de Amón; y no han andado en mis caminos para hacer lo recto delante de mis ojos, y mis estatutos y mis decretos, como hizo David su padre. 34Pero no quitaré nada del reino de sus manos, sino que lo retendré por rey todos los días de su vida, por amor a David mi siervo, al cual yo elegí, y quien guardó mis mandamientos y mis estatutos. 35Pero quitaré el reino de la mano de su hijo, y lo daré a ti, las diez tribus. 36Y a su hijo daré una tribu, para que mi siervo David tenga lámpara todos los días delante de mí en Jerusalén, ciudad que yo me elegí para poner en ella mi nombre. 37Yo, pues, te tomaré a ti, y tú reinarás en todas las cosas que deseare tu alma, y serás rey sobre Israel. 38Y si prestares oído a todas las cosas que te mandare, y anduvieres en mis caminos, e hicieres lo recto delante de mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como hizo David mi siervo, yo estaré contigo y te edificaré casa firme, como la edifiqué a David, y yo te entregaré a Israel. 39Y yo afligiré a la descendencia de David a causa de esto, mas no para siempre. 40Por esto Salomón procuró matar a Jeroboam, pero Jeroboam se levantó y huyó a Egipto, a Sisac rey de Egipto, y estuvo en Egipto hasta la muerte de Salomón.

Muerte de Salomón

(2 Cr. 9.29-31)

41Los demás hechos de Salomón, y todo lo que hizo, y su sabiduría, ¿no está escrito en el libro de los hechos de Salomón? 42Los días que Salomón reinó en Jerusalén sobre todo Israel fueron cuarenta años. 43Y durmió Salomón con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de su padre David; y reinó en su lugar Roboam su hijo.

Cross references

  1. 1 Reyes 10:1 : Mt. 12.42; Lc. 11.31.
  2. 1 Reyes 10:26 : 1 R. 4.26.
  3. 1 Reyes 10:27 : Dt. 17.17.
  4. 1 Reyes 10:28 : Dt. 17.16.
  5. 1 Reyes 11:1 : Dt. 17.17.
  6. 1 Reyes 11:2 : Ex. 34.16; Dt. 7.3-4.
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La reina de Sabá visita a Salomón(A)

10Cuando la reina de Sabá oyó de la fama que Salomón había alcanzado para honra de Jehová, vino a probarlo con preguntas difíciles. 2Llegó a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, oro en gran abundancia y piedras preciosas. Al presentarse ante Salomón, le expuso todo lo que en su corazón tenía. 3Salomón le contestó todas sus preguntas; nada hubo que el rey no le contestara. 4Cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado, 5así como la comida de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado y los vestidos de los que le servían, sus maestresalas y los holocaustos que ofrecía en la casa de Jehová, se quedó tan asombrada 6que dijo al rey: «¡Es verdad lo que oí en mi tierra de tus cosas y tu sabiduría! 7Yo no lo creía hasta que he venido y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad: tu sabiduría y tus bienes superan la fama que yo había oído. 8¡Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti y oyen tu sabiduría! 9¡Y bendito sea Jehová, tu Dios, que te vio con agrado y te ha colocado en el trono de Israel!, pues Jehová ha amado siempre a Israel, y te ha puesto como rey para que hagas derecho y justicia.»

10Luego dio ella al rey ciento veinte talentos de oro, mucha especiería y piedras preciosas. Nunca llegó tal cantidad de especias como la que dio la reina de Sabá al rey Salomón.

11La flota de Hiram, la que había traído el oro de Ofir, traía también de Ofir mucha madera de sándalo y piedras preciosas. 12De la madera de sándalo hizo el rey balaustres para la casa de Jehová y para las casas reales, arpas y también salterios para los cantores. Nunca había llegado, ni se ha visto hasta hoy, semejante madera de sándalo.

13El rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso y todo lo que pidió, además de lo que personalmente le regaló. Después ella se despidió y regresó a su tierra con sus criados.

Riquezas y fama de Salomón(B)

14El peso del oro que Salomón recibía de renta cada año era de seiscientos sesenta y seis talentos de oro, 15sin contar lo que aportaban los mercaderes, la contratación de especias, y lo de todos los reyes de Arabia y los principales de la tierra. 16Hizo también el rey Salomón doscientos escudos grandes de oro batido, empleando seiscientos siclos de oro en cada escudo. 17Asimismo hizo trescientos escudos de oro batido, en cada uno de los cuales gastó tres libras de oro. Y los puso el rey en la casa «Bosque del Líbano». 18Hizo también el rey un gran trono de marfil, el cual recubrió de oro purísimo. 19Seis gradas tenía el trono, y la parte alta era redonda por el respaldo, con brazos a uno y otro lado del asiento, junto a los cuales estaban colocados dos leones. 20Había también doce leones puestos allí sobre las seis gradas, de un lado y de otro. ¡En ningún otro reino se había hecho un trono semejante! 21Y todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, así como toda la vajilla de la casa «Bosque del Líbano». No había nada de plata, porque en tiempos de Salomón no era apreciada, 22ya que el rey tenía en el mar una flota de naves de Tarsis, junto con la flota de Hiram, y una vez cada tres años la flota de Tarsis venía y traía oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

23Así excedía el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría. 24Toda la tierra procuraba ver el rostro de Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón. 25Y todos le llevaban cada año sus presentes: alhajas de oro y de plata, vestidos, armas, especias aromáticas, caballos y mulos.

Salomón comercia con caballos y carros(C)

26Salomón reunió carros y gente de a caballo; tenía mil cuatrocientos carros y doce mil jinetes, los cuales llevó a las ciudades de los carros y junto al rey en Jerusalén. 27Hizo el rey que en Jerusalén hubiera tanta plata como piedras, y que abundaran los cedros como las higueras de la Sefela. 28Y traían de Egipto caballos y lienzos a Salomón, porque los mercaderes del rey los compraban allí. 29Un carro que se traía de Egipto valía seiscientas piezas de plata, y un caballo ciento cincuenta. Así los adquirían, también por medio de ellos, todos los reyes de los heteos y de Siria.

Apostasía y dificultades de Salomón

11Pero el rey Salomón amó, además de la hija del faraón, a muchas mujeres extranjeras, de Moab, de Amón, de Edom, de Sidón, y heteas; 2gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: «No os uniréis a ellas, ni ellas se unirán a vosotros, porque ciertamente harán que vuestros corazones se inclinen tras sus dioses». A éstas, pues, se juntó Salomón por amor. 3Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas, y sus mujeres le desviaron el corazón. 4Cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres le inclinaron el corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era ya perfecto para con Jehová, su Dios, como el corazón de su padre David. 5Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. 6E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, pues no siguió cumplidamente a Jehová como su padre David.

7Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón. 8Lo mismo hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses. 9Y se enojó Jehová contra Salomón, por cuanto su corazón se había apartado de Jehová, Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces 10y le había mandado sobre este asunto que no siguiera a dioses ajenos. Pero él no guardó lo que le mandó Jehová. 11Entonces Jehová dijo a Salomón: «Por cuanto has obrado así, y no has guardado mi pacto y los estatutos que yo te mandé, te quitaré el reino y lo entregaré a tu siervo. 12Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor a David, tu padre; lo quitaré de manos de tu hijo. 13Pero no te quitaré todo el reino, sino que le daré una tribu a tu hijo, por amor a David, mi siervo, y por amor a Jerusalén, la cual yo he elegido.»

14Jehová suscitó un adversario a Salomón: Hadad, el edomita, de sangre real, que estaba en Edom. 15Porque cuando David estaba en Edom, Joab, el general del ejército, al subir a enterrar los muertos, mató a todos los hombres de Edom 16(porque seis meses se quedó allí Joab, con todos los israelitas, hasta acabar con todo el sexo masculino en Edom). 17Pero Hadad, que entonces era un muchacho pequeño, huyó junto con algunos edomitas siervos de su padre, y se fue a Egipto. 18Luego salieron de Madián y llegaron a Parán, donde tomaron consigo algunos hombres de Parán. Llegaron a Egipto, a la presencia del faraón, rey de Egipto, el cual les dio casa, les asignó alimentos, y hasta les dio tierras.

19Hadad se ganó de tal manera el favor del faraón, que éste le dio por mujer a la hermana de su esposa, la hermana de la reina Tahpenes. 20La hermana de Tahpenes le dio a luz a su hijo Genubat, a quien destetó Tahpenes en casa del faraón. Así Genubat vivió en casa del faraón entre los hijos del faraón. 21Al enterarse Hadad en Egipto que David había dormido con sus padres, y que Joab, general del ejército, había muerto, dijo al faraón:

—Déjame ir a mi tierra.

22El faraón le respondió:

—¿Por qué? ¿Qué te falta conmigo que procuras irte a tu tierra?

—Nada; con todo, te ruego que me dejes ir —respondió él.

23Dios levantó también como adversario contra Salomón a Rezón hijo de Eliada, que había huido de su amo Hadad-ezer, rey de Soba; 24había reunido gente contra él y se había hecho capitán de una banda cuando David deshizo a los de Soba. Después fueron a vivir a Damasco y allí hicieron rey a Rezón, 25quien fue adversario de Israel todos los días de Salomón. Esto se sumó al mal que representaba Hadad, pues aborrecía a Israel y llegó a reinar sobre Siria.

26También Jeroboam hijo de Nabat, efrateo de Sereda, siervo de Salomón, cuya madre se llamaba Zerúa, la cual era viuda, alzó su mano contra el rey. 27La causa por la cual éste alzó su mano contra el rey fue ésta: Salomón, al edificar Milo, cerró la brecha de la ciudad de David, su padre. 28Este Jeroboam era un hombre valiente y esforzado, y al ver Salomón que el joven era un hombre activo, le encomendó todo el servicio a cargo de la casa de José.

29Aconteció, pues, en aquel tiempo, que al salir Jeroboam de Jerusalén, lo encontró en el camino el profeta Ahías, el silonita; éste iba cubierto con una capa nueva, y los dos estaban solos en el campo. 30Ahías tomó la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos, 31y dijo a Jeroboam: «Toma para ti diez pedazos, porque así dice Jehová, Dios de Israel: “Voy a arrancar el reino de manos de Salomón y te daré a ti diez tribus. 32Él se quedará con una tribu por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que yo he elegido entre todas las tribus de Israel, 33por cuanto me ha dejado y ha adorado a Astoret, diosa de los sidonios, a Quemos, dios de Moab, y a Moloc, dios de los hijos de Amón, y no ha andado en mis caminos para hacer lo recto delante de mis ojos, ni mis estatutos ni mis decretos, como hizo David, su padre. 34Pero no quitaré nada del reino de sus manos, sino que lo retendré como rey todos los días de su vida, por amor a David, mi siervo, al cual yo elegí, y quien guardó mis mandamientos y mis estatutos. 35Pero quitaré el reino de manos de su hijo y te daré a ti las diez tribus. 36A su hijo le daré una tribu, para que mi siervo David tenga una lámpara todos los días delante de mí en Jerusalén, ciudad que yo elegí para poner en ella mi nombre. 37Yo, pues, te tomaré a ti, y tú reinarás en todas las cosas que desee tu alma, y serás rey de Israel. 38Si prestas oído a todas las cosas que te mande, andas en mis caminos y haces lo recto delante de mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como hizo mi siervo David, yo estaré contigo y te edificaré una casa firme, como la edifiqué a David. Te entregaré a Israel 39y afligiré a la descendencia de David a causa de esto, pero no para siempre.”»

40Por esto Salomón procuró matar a Jeroboam, pero Jeroboam se levantó y huyó a Egipto, a Sisac, rey de Egipto, y estuvo en Egipto hasta la muerte de Salomón.

Muerte de Salomón(D)

41El resto de los hechos de Salomón, todo lo que hizo y su sabiduría, ¿no está escrito en el libro de los hechos de Salomón? 42Los días que Salomón reinó en Jerusalén sobre todo Israel fueron cuarenta años. 43Durmió Salomón con sus padres y fue sepultado en la ciudad de su padre David. En su lugar reinó su hijo Roboam.

Cross references

  1. 1 Reyes 10:1 : 2 Cr 9.1-12
  2. 1 Reyes 10:14 : 2 Cr 9.13-24
  3. 1 Reyes 10:26 : 2 Cr 1.14-17; 9.25-28
  4. 1 Reyes 11:41 : 2 Cr 9.29-31
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Alabanza por los hechos poderosos de Dios

Al músico principal. Cántico. Salmo.

66Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra.

2Cantad la gloria de su nombre;

Poned gloria en su alabanza.

3Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras!

Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.

4Toda la tierra te adorará,

Y cantará a ti;

Cantarán a tu nombre. Selah

5Venid, y ved las obras de Dios,

Temible en hechos sobre los hijos de los hombres.

6Volvió el mar en seco;(A)

Por el río pasaron a pie;(B)

Allí en él nos alegramos.

7Él señorea con su poder para siempre;

Sus ojos atalayan sobre las naciones;

Los rebeldes no serán enaltecidos. Selah

8Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,

Y haced oír la voz de su alabanza.

9Él es quien preservó la vida a nuestra alma,

Y no permitió que nuestros pies resbalasen.

10Porque tú nos probaste, oh Dios;

Nos ensayaste como se afina la plata.

11Nos metiste en la red;

Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.

12Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza;

Pasamos por el fuego y por el agua,

Y nos sacaste a abundancia.

13Entraré en tu casa con holocaustos;

Te pagaré mis votos,

14Que pronunciaron mis labios

Y habló mi boca, cuando estaba angustiado.

15Holocaustos de animales engordados te ofreceré,

Con sahumerio de carneros;

Te ofreceré en sacrificio bueyes y machos cabríos. Selah

16Venid, oíd todos los que teméis a Dios,

Y contaré lo que ha hecho a mi alma.

17A él clamé con mi boca,

Y fue exaltado con mi lengua.

18Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad,

El Señor no me habría escuchado.

19Mas ciertamente me escuchó Dios;

Atendió a la voz de mi súplica.

20Bendito sea Dios,

Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.

Cross references

  1. Salmos 66:6 : Ex. 14.21.
  2. Salmos 66:6 : Jos. 3.14-17.
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Alabanza por los poderosos hechos de Dios

Al músico principal. Cántico. Salmo

66Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra.
2Cantad la gloria de su nombre;
dadle la gloria con alabanza.
3Decid a Dios: «¡Cuán asombrosas son tus obras!
Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.
4Toda la tierra te adorará
y cantará a ti;
cantarán a tu nombre.» Selah

5¡Venid y ved las obras de Dios,
las cosas admirables que ha hecho por los hijos de los hombres!
6Volvió el mar en tierra seca;
por el río pasaron a pie.
Allí en él nos alegramos.
7Él señorea con su poder para siempre;
sus ojos atalayan sobre las naciones;
los rebeldes no serán enaltecidos. Selah

8¡Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
y haced oír la voz de su alabanza!
9Él es quien preservó la vida a nuestra alma
y no permitió que nuestros pies resbalaran,
10porque tú, Dios, nos probaste;
nos purificaste como se purifica la plata.
11Nos metiste en la red;
pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.
12Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza.
¡Pasamos por el fuego y por el agua,
pero nos sacaste a la abundancia!

13Entraré en tu Casa con holocaustos;
te pagaré mis votos,
14que pronunciaron mis labios
y habló mi boca cuando estaba angustiado.
15Holocaustos de animales engordados te ofreceré,
te inmolaré carneros;
te ofreceré en sacrificio toros y machos cabríos. Selah

16¡Venid, oíd todos los que teméis a Dios,
y contaré lo que ha hecho en mi vida!
17A él clamé con mi boca
y fue exaltado con mi lengua.
18Si en mi corazón hubiera yo mirado a la maldad,
el Señor no me habría escuchado.
19Mas ciertamente me escuchó Dios;
atendió a la voz de mi súplica.

20¡Bendito sea Dios,
que no echó de sí mi oración
ni de mí su misericordia!

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Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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1 Reyes 10-11 (RVR1960) (2024)

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Author: Amb. Frankie Simonis

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